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CAMBIAR SITIOPoner hielo directamente en la cara, hacer purés de frutas para aplicar como mascarillas, exfoliar con azúcar… ¿te suenan estas prácticas? Muchas de ellas no son buenas sino que dañan la piel. En este artículo te platicamos algunos mitos y realidades acerca del cuidado de la piel del rostro.
Si bien, durante la adolescencia puede presentarse el acné como consecuencia de los cambios hormonales, el acné es una enfermedad. Como tal, debe ser tratado por un médico. No todos los cuadros de acné mejoran con la edad. Muchas personas creen que con el pasar de los años sus pieles mejorarán y, aunque en algunos casos esto sea realidad, no siempre es así. Si padeces acné, sin importar tu edad, debes acudir con el dermatólogo para que lo trate.
Como consecuencia de esta creencia, son cada vez más las personas que se ponen comida en la cara como mascarilla. En otros casos, usan ingredientes de lo más diversos, que no han sido probados previamente en un laboratorio y que no deberían aplicarse en la piel.
Antes de sacar un producto al mercado, las empresas deben hacer pruebas con diversos grupos de personas para determinar los beneficios y efectos adversos de los componentes de sus artículos. La efectividad de estos productos y sus ingredientes se basa en evidencia científica. Por ello, es más seguro utilizar algún producto para el cuidado del rostro que ya ha pasado por estas pruebas a uno que diseñamos nosotros mismos o cuya receta vimos en un tutorial de redes sociales.
En Cetaphil trabajamos en estrecha colaboración con dermatólogos y profesionales sanitarios. Hemos hecho más de 550 estudios clínicos en más de 32 mil pacientes para garantizar la eficacia y seguridad de nuestros productos en las pieles sensibles.
Los mejores productos van a depender de tu organismo, tu tipo de piel, las necesidades de tu rostro. Ya hemos hablado previamente de cómo seleccionar productos para el cuidado de la piel en función de tu tipo de piel. Las pieles pueden ser normales, grasas, secas, mixtas o sensibles y por lo tanto, tienen necesidades diferentes.
Si bien, algunos productos son más caros que otros, el precio no es el único criterio para elegir cuales comprar. Lo mejor es seleccionar productos acordes a tus objetivos, ¿qué quieres lograr con tu rutina de skincare? Y en caso de tener algún padecimiento o enfermedad cutánea, no te automediques, acude con el dermatólogo.
Mantenerse hidratado es beneficioso para la salud en general, pero si padeces alguna enfermedad en la piel como resequedad, irritación, eczema, rosácea, dermatitis, entre otras, beber agua no es la solución. La piel se hidrata mediante la aplicación de cremas, emolientes o lociones, no bebiendo agua. Y la solución a las enfermedades de la piel es el medicamento que te prescriba el dermatólogo.
Esto es un tema controversial, puesto que algunas personas consideran que consumir chocolate provoca acné y otras personas lo niegan. La evidencia científica también es contradictoria, algunas publicaciones indican que sí puede existir una relación entre el acné vulgar y el consumo de chocolate mientras que otros estudios dicen que no.
El consumo de azúcares en exceso, de lácteos y de grasas, puede producir la activación de las glándulas sebáceas, con lo que el acné puede presentarse o empeorar. Por tanto si se consume un chocolate con azúcares añadidos, es el azúcar lo que contribuye a la formación del acné.
En redes sociales circulan videos que comparan cosméticos de marca con otros que se compran en mercados sobre ruedas, para determinar si lucen iguales o diferentes, y comparar los precios. A pesar de que dos cosméticos luzcan iguales al aplicarlos en la piel, puede que contengan ingredientes distintos.
No porque algo sea de una marca más cara va a ser necesariamente mejor, pero el precio demasiado bajo de un producto sí es una señal de que no está fabricado con ingredientes de calidad. Hay personas que fabrican maquillaje “pirata” y para igualar las texturas de los cosméticos originales emplean ingredientes que pueden ser tóxicos para la piel, con ello reducen los precios de sus productos, pero estos son de menor calidad.
Cuando un producto ha pasado por las pruebas científicas necesarias para venderse en un establecimiento formal, es más probable que no tenga efectos adversos en nuestra piel
Muchas personas cometen el error de utilizar los principios activos de determinados medicamentos o productos, de manera directa sobre la piel. Algunos de los ingredientes que usamos en Cetaphil son glicerina, pantenol, niamicina, ceramidas y ácido hialurónico.
¿Por qué aplicar estos ingredientes directamente en la piel es un error? Porque al formular un producto o un medicamento el principio activo se utiliza en determinado porcentaje, que no representa riesgos para la salud, y el resto de los componentes son vehículos para que el principio activo llegue a las capas de la piel donde debe actuar.
El problema de aplicar el principio activo sobre la piel es que puede ser demasiado agresivo o en el mejor de los casos, no hacer nada. Si un producto está formulado a partir de ciertas plantas o ciertos ingredientes, eso no quiere decir que el ingrediente o la planta en sí mismos vayan a proporcionar los mismos efectos.
En ocasiones, incluso, las personas confunden los componentes de un producto, tal es el caso tan popularizado en la web acerca de las mascarillas de aspirina. Si bien, el ácido salicílico se usa para tratar el acné, el ácido acetilsalicílico de las aspirinas es un componente distinto.
Importante: Esta nota fue revisada por Nelly Espinoza, con especialidad en dermatología, licenciatura como médico cirujano y partero, maestría en tricología y trasplante, y doctorado en medicina, con cédula profesional: 4519567, 7112474, 7063684